Alcaldía | 924-2124 |
Alcaldesa Sustituta
Declarada como la “capital arrocera” de Bolivia, es la primera sección de la provincia Sara. Limita al norte con el municipio Santa Rosa del Sara, al oeste limita con el municipio Buena Vista, al sur con la provincia Andrés Ibáñez y al este con la provincia Obispo Santisteban.
Al origen de su nombre se le atribuyen diversos significados: unos dicen que proviene del dialecto de la tribu chané que significa “Puerto Chico”; otra versión popular sostiene que portachuelo deriva de la unión de dos vocablos latinos “porta” puerta y “coeli” cielo y quiere decir "Puerta del Cielo". La palabra "portachuelo" está definida en el diccionario de la Real Academia Española (RAE) como "Boquete abierto en la convergencia de dos montes" por lo que se especula que este sea el origen y significado de este nombre.
La población se dedica principalmente a la agricultura de los cultivos de arroz, caña de azúcar, soya, maíz y yuca. El cultivo del arroz representa el primer producto de la canasta familiar, ocupa el mayor número de mano de obra y genera gran movimiento económico. Los excedentes, en grandes volúmenes, son comercializados en el interior del país y son exportados.
La ganadería es otra actividad importante; la producción porcina es un rubro que se comercializa en las ciudades de Santa Cruz de la Sierra y Cochabamba. Existen, además, una veintena de granjas avícolas, algunas de ellas con producción de huevo. También se practica la apicultura.
Hay producción forestal, pero a pequeña escala. La fruticultura es destinada al consumo doméstico, en tanto que la artesanía consiste en la fabricación de cerámica, objetos tallados en cuero y madera, que son comercializados en las ciudades.
Las mujeres se dedican a la elaboración de manjar blanco, roscas de arroz y de maíz, empanizados, cuñapé o las famosas "Salchichas de Portachuelo", entre otros alimentos que son vendidos en Santa Cruz de la Sierra, ciudad en la que es famoso el “pan de Portachuelo”.
Los pobladores aún conservan viejas costumbres de la herencia colonial. En las galerías de las veredas, los “portachueleños” ofrecen pan recién “horneao” para acompañar el tradicional “café de la siesta”. La tradición del pueblo de Portachuelo se conserva inalterable.
Es considerada uno de los pueblos más tradicionales en el oriente boliviano. Son apreciadas las festividades religiosas por su manera tradicional de celebrarlas.
Existen paisajes pintorescos que representan atractivos para el turismo.
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